Ojos
derramados en la devastadora crisis
empañaron
unos labios sin sonido
en
el ligero resplandor de un reflejo sin sentido.
Si
trasladas el pensamiento, percibirás la angustia
que
se oculta entre las paredes de una vivienda,
y
alberga un penoso sollozo que abraza la pobreza.
Demasiado
tarde asomé la cabeza y di un grito,
Tengo
hambre… supliqué,
¡Nadie,
respondió! ¡Nadie, me ayudó!
¿Cuántas
veces tendremos que oír el llanto de un niño, antes de extender nuestra mano?
El la peor de las catastrofes Nuria, que la gente mira a otro lado, debemos ayudarnos entre nosotros porque los que nos roban no lo haran y nos dejaran sumirnos en la miseria y que nuestros hijos sigan pasando hambre... NO PODEMOS SOPORTARLO MÁS
ResponderEliminarGracias anónimo por tu apoyo, abrazos.
Eliminares terrible,si lo sabremos en Latinoamérica!en Sudamérica de dónde soy ,Uruguay,estamos al contrario,cada vez hay menos gente buscando en la basura,hemos tenido que luchar décadas y décadas para concientizar y dejar de comprar espejitos,adelante se puede
ResponderEliminarGracias Rosario por tus palabras de ánimo tan necesarias en estos tiempos, un placer tu paso por mi blog, un abrazo.
EliminarHay gente sorda, sordísima que nunca extiende la mano. Todos sabemos quienes son. Ojalá tuviéramos la solución para atajarlo de un plumazo.
ResponderEliminarSaludos.
Cierto nury, ese es el problema que el miedo supera al hambre y ¿que pasará el día que el hambre supere al miedo? mejor ni pensarlo, besos.
Eliminartriste y cierto. buen blog, un saludo.
ResponderEliminarGracias Juan, es muy triste y a la vez indignante, un abrazo.
ResponderEliminarExponer la cruel realidad en forma de poema no le resta crudeza, pero quizá sea una forma adecuada para incitar a la reflexión.
ResponderEliminarGracias por ser sensible al sufrimiento de los demás.
Besos
Gracias a ti J. Teodoro por pasar por tus palabras, un fuerte abrazo.
ResponderEliminar