La
vida es tan extraña que todo cambia en apenas unos segundos. No hace faltar
hablar cuando sobran las palabras, cuando los detalles son la propia imagen de
las acciones.
-¿Acaso
crees que algo cambiará? – Dije algo molesta- Con un encogimiento de hombros replicó
él. Suponía que yo debía consagrarme por entero, que era normal que solo
pensará en mis hijos, en la familia.
-¡Tan
normal es para ti! -Contesté en tono de pregunta.
Ni
si quiera se molestó en contestar… y total ¿Para qué? Ambos sabíamos que todo había
terminado, que sus pensamientos hacía tiempo que viajaban en otros rumbos pero
que sin embargo, ninguno se atrevía a confirmar.
Pero algo había cambiado dentro de mí; aquel mensaje cuyo contenido era incapaz de
olvidar…
…ya
nada tenía sentido, tan solo ansiaba encerrarme en mi soledad.
tan real Nuria..... un abrazo!!
ResponderEliminarGracias Andres, así lo sentí al escribirlo, un fuerte abrazo.
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