La
sensación de que vivimos sumergidos entre la sombra de la prima de riesgo y el
fantasma de los recortes, que continuamente atacan nuestros sueños, empieza a
ser asfixiante.
¡La
gran excusa! ¿Son necesarios tantos recortes? ¿Es lógico y viable que ellos no
se recorten, ni de sus restaurantes de lujo, ni de sus hoteles de cinco
estrellas, ni de sus viajes en primera?
Necesito
una ducha de agua fría, para engullir tanta desfachatez gubernamental. Este
verano quedará en nuestras mentes, puesto que
arremete con un caluroso agobio,
al contrario de las penalidades que este sistema capitalista nos viene
incrustando con doloroso énfasis en nuestros corazones que no podrán olvidar
tantos desmadres y memeces reales de la verdadera situación, del porqué estamos
al borde del abismo.
Pero
también debemos de sentir lástima de la infanta cristina, ¡pobrecita! Que tuvo
que ir a la playa con sobrilla y taper… a
la pobre tuvieron que reservarle el sitio dos coches de la policía y rodearles
diez guardaespaldas para que nadie les molestara… ¡pobrecita!...
¡Vivir
para ver! ¡Ver y prepárate para la precariedad de existir!
Este
gobierno no parece reaccionar ante las invasiones a varios supermercados. No
piensan en el efecto dominó. Tal vez están muy seguros de su fuerza y poder.
Pero yo tengo muy presenta una gran frase…
Un
valiente es valiente, mientras un cobarde quiere.
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