Crisis…
un dulce pastel para los banqueros y el gobierno.
El límite de
nuestra percepción puede llegar a entorpecer nuestra comprensión, en una
constante lucha de conflicto y desacuerdo, pero no al punto de ser tontos o
ciegos, como parece creer este gobierno. No hay dinero, en las arcas públicas, dice
De Guindos; tenemos que solventar los problemas de los banqueros que han robado
vuestro capital. O haremos alusión al gobierno pepero de Galicia, el cual
recorta a los ciudadanos para reformar su sede gubernamental y tener buenas
zonas Vips y más lujos añadidos.
Los
continuos ataques a la ciudadanía con reformas más que dudosas, donde quizás la
letra pequeña llegue a provocarnos un estado de rabia y frustración, han dejado
más que entre dicho a este precario e
incapacitado gobierno de su capacidad de gestión.
El
infructuoso caos que este vergonzoso gobierno, en los pocos meses que lleva
gobernado, está sumiendo a tantas familias, es desastroso y digno de un
referéndum lo más rápidamente posible.
Las
comunidades peperianas están siendo devastadoras en este país…
Si tiramos
de nuestra memoria, recordaremos que en otros tiempos, todos los pobres tenían
su cartilla de racionamiento… una hogaza de pan, un poco de tocino, y unas
patatas. Pero todos por igual tenían derecho a su racionamiento. Hoy, parece
que incluso entre los pobres hay clases sociales. Por qué yo me pregunto:
¿Por qué, no
se reparte a todos los necesitados, una cantidad diaria de alimento, para
subsistir? ¿Cómo puede Caritas, decirle aún necesitado; lo siento no podemos
ayudarle, estamos saturados?
¿No sería
más lógico, repartir, la cantidad de alimentos de la que dispone Caritas y
otras organizaciones sociales, a todos por igual? Si hay diez quilos de
patatas, por poner un ejemplo, pues racionémoslas entre todos, toqué a lo que
toqué y todos tendremos algo que llevarnos a la boca…
¡Por qué no
sucede!, te obliga a pensar y convencerte, de que incluso entre los pobres,
ahí, pobre y pobres…
Pero no
parece importarle a ningún partido una solución tan simple, ya qué ninguno dice
nada.
¡Qué más
da!... mientras los defraudares bancarios sigan teniendo vía libre para
delinquir; y a este gobierno no le falte su Bankia para su propio interés.
Pensar en la gran vidorra que se pegan a nuestra costa, con tantas personas
pasándolo mal, cada día me repugna más.
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