Somos
mentes atrapadas en nuestro propio pensamiento. Una tendencia, una reflexión,
un instante de inspiración y de nuevo la pluma y toda la imaginación se muestra
en un papel, que algunas veces es imperecedero.
Como
una mota de polvo, toda sensación queda evaporada; fusionándose con el viento,
la llovizna, la frialdad del gélido hielo; pero resurgiendo con el calor del estío
y el fuego de nuestros versos.
Caminamos
y caminamos por versos inusitados, siempre pendientes de las estrellas, de la
luz, de la paz serena y de luna cuando se ausenta.
Somos eso y mucho más. Aunque no nos demos cuenta, somos también la luz de las estrellas,el precio de la paz, el dulce resbalar de la llovizna... como tú dices tan bien, llevamos en las venas un fuego perenne y, a veces, lo dejamos salir. Entonces todo el Universo se conjura en nuestras palabras.
ResponderEliminarUn bello texto, un abrazo.
Gracias Aurora, por tus palabras, un abrazo muy fuerte.
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