Anduve
en soledad por el yermo desierto
y
con serenidad observé mi tierra
donde
hace tiempo que no cesa el estruendo
pero
si fluye la voluntad de un árido pueblo.
Y
Palestina viaja entre mil distancias de una errante esperanza
que
circula como una sombra de inquietud en las aldeas
de
un pueblo que se fortalece en cada nueva alborada.
Y
caerán pequeñas gotas de intensos aromas
arropada
por aquellos que comprenden a este pueblo
que
abrazan su tierra
y
resisten con fuerza los avatares del tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario