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lunes, 12 de noviembre de 2012

Vestigios de un presente


Cargada de mensajes inacabados, como si fueran estampas del presente y del pasado. Llega hacia mí la visión errónea de una sugerencia que puede ser una fragmentación de la mirada en el tiempo.

Los restos de épocas lejanas y espejismos que recuerdan el triste presente llegan inexorablemente hacia mí mente. La gran diversidad de momentos en el reloj de los recuerdos, son  pequeños fragmentos de una extraña y peligrosa combinación. A veces una amalgama de imágenes que acuden con insistencia a tus pensamientos.

Al amanecer las apreciaciones que conviven por separado a nuestro alrededor alcanzan nuestras reflexiones, proporcionándonos una percepción completa de la realidad.
Estampas de distintas miradas, fraccionadas por el dolor de la penuria y el recogido escenario sobre su existencia, azotan con ímpetu cada nueva alborada.

En estos últimos años, todos los encarecimientos parecen conectarse de alguna manera con la dimensión de un tiempo pasado. Un período que pasó implacable, mesurado o no, con el simbolismo de los relojes, pero un tiempo que se descubre referente cuando se cruzan fragmentos de la vida y  la memoria.

El tiempo es relativo, imágenes aisladas de imposibles argumentos, nos recuerdan un mundo diverso que no se detiene a diferenciar entre el momento presente o el de hace apenas unos años.

La fragmentación de la mirada con la presencia constante del tiempo, mezcla inevitablemente la diversidad de opiniones de una sociedad que difícilmente olvidará a una clase política devastadora.


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