Las
heridas de alma no son visibles, pero las grietas que dejan son profundas y
difíciles de curar. Un caudal de sangre fluye por mis venas, como la
inexistente soga que rodea mi cuello. Puedo excluir palabras hirientes de mi
mente, pero…
¿Cuantas páginas tendré que pasar para que el olvido no me obligue
a recordar?
Me
limito a existir, a respirar, a caminar, dejando la puerta abierta para que salga la
añoranza; abriendo las ventanas para que entre la esperanza, y no es un juego
de frases, ni el sueño de una luz eterna; es la realidad de un alma que nunca
permanece sola, pero que la soledad de su interior le ahoga y ahoga; y con cada
nuevo día aprieta un poco más. ¿Hasta cuándo podré aguantar?
Solo
el tiempo y la soledad lo podrán descifrar.
Que triste es Nuría pero tus heridas sanaran con el paso del tiempo, y olvidaras todo lo malo que tus heridas te han probocado,un besito
ResponderEliminarGracias Jose, aunque solo son simples inspiraciones no reales por suerte, un abrazo.
ResponderEliminar