Tengo
la terrible sensación de permanecer frente a un capitulo inacabable, que parece
fortalecer se en el sin sentido de una época sumida en la impotencia ciudadana. Las efímeras letras que emergen de quienes gestionan
desastrosamente este país, aplasta todo final coherente.
Miramos
página tras página y solo vemos pequeñas evidencias de otros años que parecen
querer reflotar a un ritmo atropellado.
En
este amanecer nubloso mi desidia no se apacigua por más vueltas que mi inquieta
mente intente visualizar. Un capitulo sin fin que no consigo terminar, más allá
de una imagen dantesca que invade mis pensamientos una y otra vez.
“El
adolescente que observa impasible la televisión tumbado en el sofá, sin más aspiración
que la de un futuro incierto, abrigado por el calor paterno”
Una
era de jóvenes idealistas que están pagando duramente los entresijos de una
política nefasta.
Y
como olvidarse de la realidad de miles de familias… “perder el trabajo, perder
sus hogares, tener que volver al domicilio paterno y subsistir varias familias
con la pequeña pensión que sus progenitores reciben”
La
incertidumbre, el hambre, el paro y la desesperación ante situaciones extremas,
es un cóctel peligroso que puede agitar masas y revelarnos casi sin darnos
cuenta, hasta donde una persona puede soportar la abrumadora situación.
Espero,
anhelo que el sol salga de nuevo por el horizonte de la convicción, dándome
fuerza para cerrar este capítulo abierto y poder escribir una última etapa…la de un final feliz!
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